Capítulo 11: El nido del zorzal
Mary llevó a Dickon al jardín secreto. Hablaron muy bajo para que nadie los escuchara.
"Debemos ser muy silenciosos", susurró Mary. "Es nuestro secreto."
Dickon usó su cuchillo para examinar las plantas. "Esta rosa está viva", dijo. "Mira, tiene raíces buenas."
Dickon enseñó a Mary cuáles plantas estaban vivas y cuáles estaban muertas. Muchas rosas y arbustos podían crecer otra vez.
Trabajaron juntos por horas. Cavaron la tierra, plantaron semillas y quitaron las malas hierbas. Dickon era muy bueno en jardinería.
"Estas flores que plantaste son hermosas", dijo Dickon. "Son azafranes, campanillas y narcisos."
Mary se sentía más fuerte. Ya no estaba tan cansada como antes.
"¿Vendrás todos los días?", preguntó Mary.
"Sí", prometió Dickon. "Nunca le diré a nadie sobre este lugar. Es como el nido secreto de un pájaro."
Mary sonrió. Ahora le gustaban cinco personas. Dickon era especial porque podía guardar secretos y amaba la naturaleza como ella.
El jardín empezaba a despertar después de diez años de sueño.