Capítulo 22: "Cuando Se Puso el Sol"
Colin quería demostrar que podía caminar bien.
"Mary, ve a buscar a Ben", pidió Colin. "Voy a caminar hasta ese árbol y esperarlo allí de pie."
Mary corrió rápidamente. Mientras tanto, Colin se levantó de su silla de ruedas. Sus piernas temblaron un poco, pero caminó despacio hasta el árbol.
Cuando Mary regresó con Ben, el jardinero se quedó con la boca abierta. Colin estaba de pie junto al árbol, alto y derecho.
"¡Es un milagro!", exclamó Ben. "¿Por qué te escondes? ¿Por qué dejas que todos piensen que estás enfermo?"
"¡Todos decían que iba a morir! ¡Pero no voy a morir!", exclamó Colin. "Voy a guardar este secreto hasta que mi padre vuelva. Quiero que me vea fuerte, de pie, para que sepa que el jardín y yo hemos sanado juntos."
"Tengo que confesarte algo", dijo. "He venido a este jardín en secreto durante años. Subo por el muro para cuidar las rosas de tu madre. Ella me lo pidió antes de irse."
Colin miró las hermosas rosas que trepaban por los muros.
"¿Mi madre te pidió eso?"
"Sí. Amaba mucho este jardín."
"Cuando lo cerraron después de su muerte, me dolió.", continuó diciendo. "No podía soportar verlo abandonado. Así que, aunque la llave estaba perdida, yo encontraba la forma de entrar y cuidar al menos un rincón, por respeto a ella. Era como hablar con su recuerdo."
Colin tomó la pala pequeña de Mary.
"Quiero plantar algo", dijo decidido.
"Te traeré una rosa del invernadero", ofreció Ben.
Cuando Ben volvió con una rosa pequeña, Colin cavó un hoyo en la tierra. Con ayuda de sus amigos, plantó la rosa con cuidado.
El sol comenzaba a ponerse. Todo el jardín brillaba con luz dorada.
Colin se levantó solo, sin ayuda.
"¡Lo hice! ¡Planté mi primera rosa!"
Mary, Dickon y Ben aplaudieron. El jardín secreto había obrado su magia.