Capítulo 25: "La Cortina"
El jardín secreto seguía floreciendo. Los pájaros vigilaban sus huevos, que crecían en el nido.
Al principio, los pájaros estaban preocupados porque Colin llegaba en silla de ruedas y se movía extraño.
Pero después entendieron que él estaba aprendiendo a caminar, igual que los pájaros bebés aprenden a volar.
Colin se hacía más fuerte y tenía más hambre por todo su ejercicio secreto. "¿Por qué los niños están tan saludables?", se preguntaban los sirvientes.
Un día con lluvia, cuando no podían ir al jardín, Mary tuvo una idea.
"¡Exploremos los cuartos vacíos de la casa grande!", dijo Mary.
Mary y Colin caminaron por los pasillos largos. Encontraron una lámpara dorada, una silla muy vieja y una caja de música que tocaba una melodía suave.
Mary abrió una ventana y vio el jardín con lluvia. Colin encontró un libro con dibujos de flores y animales.
Los niños se reían y hablaban bajito para no molestar a los sirvientes.
Un día, Colin abrió la cortina que cubría el retrato de su mamá muerta.
Ver su cara sonriente ya no lo ponía triste. Ahora lo hacía feliz.
Mary se acercó y miró el retrato también. "Tu mamá era muy bonita", dijo Mary.
Colin tocó el marco con cuidado. "Antes tenía miedo de mirar su cara, pero ahora siento alegría. El jardín me ayudó a cambiar."
"Cuando papá vea que ahora sonrío como mi mamá, tal vez me va a querer", pensó Colin con esperanza.
Mary y Colin se abrazaron. Los dos sabían que el jardín secreto era especial. Ahora, la casa grande no parecía tan triste.
Los niños tenían esperanza y sueños nuevos. Afuera, la lluvia seguía cayendo, pero dentro de la casa, había luz y alegría.