Capítulo 17: Una rabieta
Mary se acostó temprano después de trabajar duro en el jardín. Pero en medio de la noche, unos gritos terribles la despertaron.
"¡AAAAAHHHHH! ¡ME VOY A MORIR!", gritaba Colin desde su cuarto.
Todos los sirvientes estaban asustados. La enfermera corrió al cuarto de Mary.
"¡Por favor, ayúdanos!", le suplicó. "Nadie puede calmarlo."
Mary se enojó mucho. Caminó rápidamente al cuarto de Colin.
"¡PARA DE GRITAR!", le gritó más fuerte que él. "¡Si no paras, voy a gritar más fuerte que tú!"
Colin dejó de gritar, sorprendido.
"Siento un bulto en mi espalda", lloró Colin. "¡Voy a tener una joroba como mi padre!"
"¡Enséñame tu espalda!", demandó Mary.
La enfermera ayudó a Colin a quitarse la camisa. Mary miró su espalda.
"No hay bultos", dijo Mary firmemente. "Solo tienes los huesos normales de la espalda. Estás muy flaco, eso es todo."
Colin tocó su espalda y se calmó.
"¿Puedo vivir hasta ser grande?", le preguntó a la enfermera.
"Sí, si sales al aire fresco y controlas tu mal genio", respondió ella.
"Está bien", suspiró Colin. "Voy a salir contigo y conocer a Dickon."
Mary se sentó en la cama y comenzó a hablar suavemente.
"El jardín secreto debe tener rosas que suben por las paredes", describió. "Y flores de primavera comenzando a crecer..."
Colin cerró los ojos y se durmió pensando en el jardín mágico.