Capítulo 4: La Ventana Misteriosa
Holmes me lleva a ver a la señora St. Clair.
Vamos a casa de la señora St. Clair.
La señora St. Clair nos cuenta su historia.
Nos cuenta la historia de su marido.
—Vi a mi marido —dice la señora St. Clair.
—Estaba en la ventana de una casa mala.
—Mi marido estaba en la ventana.
La señora St. Clair continúa su historia.
—Mi marido me vio también.
—Me vio desde la ventana.
—Mi marido parecía muy asustado.
—¿Asustado? —pregunto yo.
—Sí, doctor Watson. Muy asustado.
—¿Qué pasó después? —pregunta Holmes.
—Después, mi marido desapareció —dice ella.
—Desapareció de la ventana.
—Un momento estaba en la ventana y después no estaba.
La señora St. Clair está muy triste.
Está triste porque su marido desapareció.
—Llamé a la policía —dice ella.
—La policía vino rápidamente.
—¿Qué encontró la policía? —pregunta Holmes.
—La policía subió a la habitación.
—Subieron a la habitación de la ventana.
—Pero mi marido no estaba allí.
—¿Quién estaba en la habitación? —pregunto yo.
—Había un mendigo —dice la señora St. Clair.
—El mendigo tenía el labio torcido.
—Tenía el labio muy torcido y era muy feo.
Holmes escucha con atención.
—¿Un mendigo con el labio torcido?
—Sí —dice ella—. Era muy feo.
—El mendigo estaba en la habitación.
—Estaba en la habitación donde vi a mi marido.
—Pero mi marido no estaba —dice la señora St. Clair.
—Solo estaba el mendigo feo.
—El mendigo con el labio torcido.
—Y la ropa de mi marido estaba allí también.
La historia es muy misteriosa.
El señor St. Clair estaba en la ventana.
En la habitación solo había un mendigo.
Un mendigo con el labio torcido.