Capítulo 9: La Gran Sorpresa
Holmes termina de lavar la cara.
Termina de lavar la cara de Hugh Boone.
La cara del mendigo está limpia.
Ahora la cara está muy limpia.
Miro y no puedo creer lo que veo.
—¡Esta no es la cara de Hugh Boone!
Holmes sonríe porque ya sabía.
—Sí, Watson. Es otra cara.
—Esta no es la cara del mendigo Hugh Boone.
—¿Quién es entonces? —pregunto yo.
—Mira bien esta cara limpia.
—¿No reconoces esta cara?
La miro con mucha atención.
—¡Es el señor St. Clair! —grito.
—¡Es el señor St. Clair!
—¡Hugh Boone es el señor St. Clair!
—Exacto, Watson —dice Holmes.
—Hugh Boone y el señor St. Clair son la misma persona.
—El mendigo feo es realmente el señor St. Clair.
—El señor St. Clair estaba disfrazado.
Se despierta porque hablamos alto.
Ya no parece Hugh Boone.
Ahora parece el señor St. Clair.
—¿Cómo lo supiste, Holmes? —pregunto yo.
—La carta, Watson. La carta era extraña.
—¿Cómo puede escribir una carta un hombre muerto?
—No puede. Porque el señor St. Clair no estaba muerto.
—¡Señor St. Clair! —digo yo.
—¿Por qué se disfrazaba de mendigo?
—¿Por qué pretendía ser Hugh Boone?
El señor St. Clair está triste.
Está muy triste y avergonzado.
—Porque ganaba dinero —dice él.
—Como mendigo, ganaba mucho dinero.
—Sí, doctor Watson. La gente me daba dinero.
—Me daba dinero porque pensaba que era un mendigo pobre.
—Ganaba más dinero como mendigo que trabajando.
¡Qué sorpresa tan grande!
Hugh Boone es realmente el señor St. Clair.
El señor St. Clair se disfrazaba de mendigo para ganar dinero.